Esta es la famosa Calle Estafeta de los San Fermines. La verdad es que la ciudad, encierros aparte, tiene un encanto especial. Tiene una gran cantidad de edificios con mucha historia, casi todos relacionados con la Iglesia, lo cual no impide a un ateo convencido como yo disfrutar de la gran carga artística e incluso espiritual que se respira por cualquiera de sus calles.
En cuanto al recorrido de los Encierros, el simple hecho de estar ahí da un poquito de impresión y si en algún momento mientras los ves tranquilamente desde casa por la televisión te da por pensar que tampoco parece tan difícil eso de correr delante de un toro, allí se te despejaran todas las dudas, no hay espacio para las dudas y mucho menos para dar marcha atrás.lunes, 28 de diciembre de 2009
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