domingo, 7 de febrero de 2010

FRIAS

En este pequeño pueblo de la provincia de Burgos, aún se puede respirar en cada una de sus callejuelas y esquinas el aire medieval de sus orígenes.
Sin duda es el pueblo más bonito que he visitado hasta el momento, nada tiene desperdicio. Desde sus casas perfectamente conservadas que mantienen la estética del medievo, sus calles empinadas y adoquinadas, el barrio de la judería, sus murallas desde las cuales se domina el Valle de Tobalina, la Iglesia de San Vicente de origen Románico, y sobretodo el Castillo, que se alza en lo más alto del cerro, dominando todo el pueblo y causando la sobrecogedora sensación de que en cualquier momento puede desplomarse sobre las casas situadas al pie del mismo.
Sin duda es una visita obligada para todo aquel que pase por esta parte de Castilla-León.

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